Densidad urbana en el mundo:
Las actividades políticas, económicas y administrativas que se desarrollan en las ciudades favorecen la concentración de la población en espacios urbanos reducidos. En el campo ocurre la situación contraria, ya que en él las personas se agrupan en pequeños núcleos o viven muy dispersas.
La densificación de las ciudades es un fenómeno que aumentó entre los siglos XIX y XX, como consecuencia del proceso industrializado, en especial en lugares como Europa, Japón, Estados Unidos y Australia. Esta situación se debió a la mecanización de la agricultura, que disminuyó la necesidad de mano de obra en el sector rural; y a las nuevas actividades generadas en el sector industrial y de servicios.
Durante la segunda mitad del siglo XX, el proceso de densificación urbana (concentración humana en un territorio) aumentó en ciudades de Asia, África, Centroamérica y Sudamérica. Según estimaciones, este es un fenómeno que continuará su incremento todavía en las primeras décadas del presente siglo, ya que se espera que un 83 por ciento del crecimiento demográfico mundial tenga su origen en las ciudades.
La ciudad actual se mueve en torno a dos modelos según su grado de densidad: la ciudad compacta y la ciudad extensa. Ello afecta a la calidad de la vida urbana, así como al uso de los espacios colectivos, que en la ciudad difusa se privatizan de facto en el uso o se desatienden, convirtiéndose en zonas de paso para el transporte privado. La ciudad difusa es menos eficiente que la ciudad compacta en el consumo energético, en el transporte y en el uso del agua.
¿Somos un planeta sobre poblado?
A pesar de los alarmantes pronósticos sobre el aumento de la población, lo cierto es que nuestro planeta no está sobre poblado. Sin embargo, no se puede negar la existencia de áreas altamente densificadas y problemas derivados de ello, como la pobreza, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las enfermedades. Aunque no son extensivos en todo el mundo, afectan a un gran número de personas. Veamos algunos de ellos:
La pobreza: es una de las más devastadoras consecuencias de la densificación humana, en especial en naciones cuyo crecimiento es más acelerado, como los países africanos, asiáticos y latinoamericanos, muchos de los cuales poseen economías deficitarias e incapaces de satisfacer las necesidades básicas de la población.
El suministro de alimentos: según estudios de
Salud pública: la propagación de enfermedades es mucho más frecuente en ciudades con altas concentraciones de personas.
Medio ambiente: se han producido diversos problemas por causa de la intervención del paisaje natural. Entre estos encontramos la contaminación del aire y del agua; la pérdida de casi la mitad de la cubierta forestal original del mundo; la extinción de especies vivas y los cambios climáticos mundiales.
Algunas fuentes señalan que no solo no existe una sobrepoblación, sino que la humanidad está experimentando una implosión demográfica; es decir, una contracción en el crecimiento de la población.
La densidad urbana es un elemento fundamental en la definición de la ciudad. La formalización del estudio de la ciudad por parte de la teoría económica desde el enfoque de la Nueva Economía Urbana, ha centrado la atención en la estructura espacial. La densidad urbana como indicador de la vivienda residencial ha sido objeto de estudio tanto desde un punto de vista teórico como aplicado. La modelización econométrica de la densidad tiene una larga tradición desde el trabajo pionero de Colin Clark (1951). La tesis se ha dividido en t res partes: teoría, datos y evidencia empírica.